Didyma (Didim), a tan solo una hora en coche de Aydin, emerge como un destino fascinante que trasciende el típico ambiente de un resort de verano. Se distingue por un profundo patrimonio cultural, playas doradas resplandecientes y calas pintorescas, posicionándolo como un lugar de vacaciones de primer nivel en Turquía. En su núcleo se encuentra el impresionante Templo de Apolo, un colosal edificio que está entre los templos más extensos y bien conservados del mundo antiguo. Este «Santuario de Oráculos» históricamente atraía visitantes de todo el mundo, ansiosos por las enigmáticas profecías de los oráculos.
Los cimientos del Templo de Apolo se establecieron en el siglo VIII a.C., con sus operaciones supervisadas por la familia Brahchidae, que trazaba su linaje al mítico Branchos y era renombrada por la precisión de sus percepciones oraculares. Sin embargo, en 494 a.C., las fuerzas persas demolieron el templo como represalia contra los rebeldes jonios.
Las victorias de Alejandro Magno condujeron a la reconstrucción del templo a gran escala alrededor del 300 a.C., encabezada por Seleuco, uno de los generales de Alejandro. Este ambicioso proyecto imaginaba un templo más grandioso que su original, incorporando numerosos edificios auxiliares, aunque permaneció inacabado debido al auge del cristianismo, que condenaba las prácticas oraculares, llevando al declive en la prominencia del templo.
Hoy, a pesar de la prueba del tiempo y los desastres naturales, los restos del Templo de Apolo todavía irradian su magnificencia pasada. Aunque ahora solo quedan de pie unas pocas columnas, el templo original contaba con 124 columnas y un techo de casi 20 metros de altura, reflejando la exquisita artesanía y el elaborado detalle de su época.
Los visitantes antiguos llegarían por mar, atracando en el Puerto de Panormos, ahora cerca de Mavisehir, y procederían a lo largo de un camino sagrado alineado con estatuas hasta el templo. Aunque muchas de estas estatuas han sido trasladadas al Museo Británico, el sitio todavía alberga varias, incluida la icónica Cabeza de Medusa petrificante, simbolizando el legado perdurable de Didyma.
Didyma hoy vibra con vida durante todo el año, enriquecida por sus comunidades de expatriados, especialmente de Gran Bretaña, añadiendo una dimensión global a su encanto. Con centros bulliciosos, mercados y una amplia gama de comodidades, Didyma retiene su esencia animada.
En esencia, Didyma presenta una mezcla de maravillas históricas, playas prístinas y un rico tapiz cultural. Desde el majestuoso Templo de Apolo y las acogedoras orillas de Altinkum hasta su cautivadora vida local, Didyma ofrece una experiencia multifacética que promete recuerdos perdurables y atracciones diversas para cada viajero.