La Casa de la Virgen María, situada en el Monte Bulbul y a 9 km de Éfeso, es venerada como el último lugar de residencia de la Madre María después de la crucifixión de Jesucristo. La tradición sostiene que antes de sucumbir a la crucifixión, Jesús confió el cuidado de su madre a San Juan, diciéndole: «Aquí tienes a tu madre». Aceptándola como suya, San Juan y la Madre María viajaron por Asia Menor, estableciéndose finalmente en el Monte Bulbul. Fue aquí, en una residencia construida por San Juan, donde María pasó sus últimos años, falleciendo a la edad de 64 años.
El descubrimiento de la Casa de la Virgen María lleva consigo una narrativa notable. Anna Katherina Emmerich, una monja alemana postrada en cama que experimentó un estado de trance acompañado de estigmas, relató visiones detalladas de la vida de la Virgen María, incluyendo sus viajes con San Juan desde Jerusalén a Éfeso, y las características específicas de la casa de piedra donde residió hasta su muerte a los 64 años. Los relatos de Emmerich, meticulosamente documentados por el escritor Brentano, pasaron desapercibidos hasta que un clérigo francés, Goyet, inspirado por sus descripciones, localizó la casa en Éfeso e intentó llamar la atención de las autoridades eclesiásticas en París y Roma.
El 27 de junio de 1891, una expedición compuesta por dos sacerdotes lazaristas y dos oficiales católicos se aventuró a Éfeso, descubriendo las ruinas de la Casa de la Virgen María. Tras su informe, se envió un equipo de especialistas y clérigos al sitio, culminando en la restauración de la casa para 1897. Desde entonces, ha evolucionado hasta convertirse en un sitio de peregrinación muy querido para los cristianos y también es venerado por los musulmanes. Un servicio anual el 15 de agosto, conmemorando la Fiesta de la Asunción de María, ve a clérigos ortodoxos, católicos y musulmanes unirse en ceremonia en esta ubicación sagrada. Los Hermanos Lazaristas, que mantienen el sitio, realizan misas diarias, mientras que dos monjas realizan el Oficio Divino, subrayando la significancia espiritual perdurable de la Casa de la Virgen María.